miércoles, 22 de junio de 2011

Fernando de Herrera

Veste negra, descuido recatado,
suave voz de angélica armonía
era, mesura y trato soberano.
Yo, que tal no esperaba, transportado,
dije, en la pura luz que me encendía:
"No encierra tal valor semblante humano."

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