domingo, 22 de mayo de 2011

La llamaban Lady Drama


Unos decían que estaba loca, otros que se metía mucho en su papel.
Innumerables eran las fugas de su mente a un mundo paralelo.
Actuaba como si su vida fuera una gran película en la que ella era la actriz principal. Tardó años en darse cuenta que era un mero personaje secundario.
Tan solo tenía 34 años cuando murió, la locura fue más fuerte que ella. Y fue con 17 cuando comenzó todo.
Se iba de clase para poder asistir a las clases de teatro, su gran sueño desde que era una niña era ser actriz. Decían que tenía un don innato para ello, se introducía de manera increíble en su personaje y hacía parecer que la historia ficticia inventada por su profesor pareciera real. Fue una vieja loca, una princesa en apuros y una eficaz asesina a sueldo.
Su cabeza se mantuvo en orden hasta los 30 a partir de ahí comenzó a desvariar hasta llegar al punto de perder su identidad.
Fueron tantos los papeles que tuvo que interpretar que ya no sabía quien era en realidad y comenzó a ser una persona distinta cada día hasta intentar averiguar quién era.
Se sentía hundida, no sabía quien era, cayó en la droga y en la bebida. No solo perdió su identidad, se perdió ella misma.
Nadie pudo encontrarla, al ir en su búsqueda solo conseguías encontrar guiones, papeles de personajes.
No sabían quién era ni en quién se había transformado; desde ese momento pasó a llamarse Lady Drama.
Comenzó a ser muy conocida, conocida como Lady Drama, sabían quien era pero no quién era. Si, es ella, pero en realidad… ¿quién es?
Era imposible responder a esa pregunta, ya no era nadie, simplemente una persona con la cabeza sumergida en la locura.
Tal era la locura que fue más fuerte que ella, cuando puso fin a su vida.
Esa fue su historia, dramática como su nombre.
Ya se acabó su obra, se cerró el telón, las luces se apagaron y el publicó se marchó.
Pero siempre sería recordada como Lady Drama, la que no tenía identidad y la sacaba de su mente ausente, la que sabían quien era, pero no quién era.     

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